Las repetidas desapariciones de jóvenes parejas sugieren la existencia de un asesino metódico y calculador. Cuando la víctima es la hija de la directora de la Pol
ítica Nacional Antidroga, tal hipótesis adquiere una nueva dimensión. La doctora forense Kay Scapetta se encuentra ante un asunto que presenta unas pautas claras. La más significativa es una jota de corazones que el asesino deja en la escena del crimen.
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